No todos los caminos conducen a Roma
“Todos los caminos conducen a Roma” versa una famosa frase, pero no es tan así. También hay caminos que no conducen a ninguna parte, y otros, los equivocados, que conducen a lugares a los que no debemos ir.
Los que no conducen a ningún sitio son aquellos que, una vez que los comenzamos a transitar, no muestran delante de nuestros ojos, la nada, el vacío, y sentimos que no hay salida, estamos cegados por el abismo, no hay manera de avanzar, y nos da miedo retroceder y sobretodo reconocer ante nuestros pares que nos equivocamos.
Están los otros, los que van por lugares equivocados presentando una visión supuestamente “divertida” de la vida. La noche, el alcohol, las drogas, ¡Qué manera de divertirse¡ Pobrecitos. Cuando pienso en eso me da mucha pena. Que les faltó a los jóvenes de esta ciudad, ¿dinero?. No creo. ¿Qué les sobró?. ¿Dinero? Tal vez. También desidia y por parte de sus padres, que estaban entretenidos haciendo dinero para aparentar mas cuando van “al norte”, con auto nuevo, por supuesto. No estoy en contra de ir de vacaciones ni de cambiar el auto, yo también lo intento y lo deseo, pero de ahí a dejar la vida de mis hijos libradas al azar, sin tener, a veces idea de donde están ni que están haciendo ni con quien están. ¡No, ese precio yo no lo pago¡.
Frecuentemente vemos por las calles chicos muy jóvenes, casi niños, con una botella de cerveza en la mano, un cigarrillo, o ambos. ¿Será que se están divirtiendo? Y me pregunto, ¿Qué clase de diversión es esa? ¿Cómo se llama ese juego? Y sus padres ¿donde están? ¿Será que están haciendo lo mismo?. ¿Cuál es la salida que buscan por ese camino? ¿Se darán cuenta algún día que ese es exactamente el camino equivocado del que comencé hablando, el que no nos da mas que dolores de cabeza (por la resaca) al principio, y después se convierte en un calvario de adicciones y problemas de conducta? Y por consiguiente, en el futuro, problemas con la ley. Un camino casi sin retorno. Y digo casi, porque se puede cambiar de ruta, aunque el camino correcto es un poco más difícil y a veces está poseado y sin pavimento. Pero es el que nos llevará a buen puerto.
Una vez alguien me dijo –“ No fumás, no tomás, que aburrido sos.”- Si realmente me conocieran, sabrían que soy una persona muy divertida, simplemente no encuentro nada especial en envenenar mis pulmones y mi sangre y mucho menos atontar mi cerebro y mis sentidos para divertirme. Cuando me divierto quiero estar bien despierto para disfrutar al máximo de ese momento. Yo diría que quien necesita esas drogas y se cree un vivo. Solamente es un pobre estúpido.
Este camino, a mi en lo particular, me lo enseñaron las Artes Marciales, el camino de entrenar duro todos los días por el gusto y el placer de entrenar. Entrenar para divertirme, ¡y esa si que es diversión¡ si supieran eso pibes lo que se están perdiendo, es la mejor adicción, EL DEPORTE, aunque no lo crean. Y no estoy hablando del “picadito” del fin de semana, me refiero a una disciplina estructurada y sistematizada, en la que hay jerarquías, normas y tradiciones que respetar. En la cual no se puede hacer lo que uno tiene ganas, se debe hacer lo que se tiene que hacer. Donde hay orden, disciplina y por sobre todas las cosas respeto recíproco. El Maestro guía y el alumno se deja guiar, esa es la manera. El que ya vivió y tiene el deber de mostrar las alternativas y el novato decidirá cual es el que seguirá.
Los caminos están demarcados, cada uno tiene el derecho a optar, el libre albedrío, pero sería bueno que la mayoría prefiera transitar el mejor camino, el que lleva hacia una vida plena, con el cuerpo y el espíritu limpios. No todos los caminos nos llevan a la felicidad. No siempre el camino más fácil es el que nos conduce al mejor lugar. No todos los caminos conducen a Roma.
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